Por fin se fue este año 2007. Ese año me hizo mucho trabajar. Atrás y caminando quedó el agotador proyecto de la radio del diario El Mercurio que me tuvo encerrado. Ahora estoy de regreso en el diario y que vuelta. De entrada el terremoto de Tocopilla. 20 días en esa ciudad tan devastada, fue un enorme trabajo. Tomar fotos, escribir, despachar de Tocopilla al mundo fue una tarea agotadora.
Otro momento difícil y que me hizo reflexionar fue la partida de un gran amigo del periodismo de Antofagasta, Sergio Concha. Estimado Sergio, desde el cielo protégeme de los buitres, dame la fuerza necesaria para mantener mi estilo de periodista sin censura. Mi campaña personal por el medioambiente y la salud de los antofagastinos. Tu amigo, no te mereces una calle, sino que tu nombre esté en una gran avenida, en el alma de los que amamos el arte y la música de Antofagasta. Nuestra ciudad necesita de tu ejemplo, de tu apoyo a la música y no de esa farandula absurda.
Dios, si estás viéndome, protégenos de tanta farsa. Cuida a mi familia y mis hermanos del alma. Me confieso pecador, pero doy mi cuota de bien para saldar lo malo cada día.
Sólo me importa mi familia, por ellos dame fuerza y energía positiva.